Por la gracia del Espíritu Santo, el celo apostólico de las Hermanas y el apoyo de algunos Obispos y Sacerdotes, el Carisma MPS se ha ido extendiendo a diferentes partes del mundo. Dando la vida por la Abundante Redención, colaboramos en los proyectos de Evangelización de la Iglesia por medio de las Misiones Itinerante y Permanente, Educación formal e informal y en obras de Promoción Humana para los pobres y abandonados. En todos los apostolados y Misiones, damos a conocer, amar y servir a Cristo Redentor y promovemos la devoción a la Madre del Perpetuo Socorro como un camino acertado hacia la Redención1.

Nuestra Congregación de Misioneras de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, a lo largo de 81 Años de Fundación y presencia misionera, vive y actualiza su Carisma y Espiritualidad en algunos países de América y Asia:

  • México
  • Estados Unidos
  • El Salvador
  • Guatemala
  • ·Venezuela
  •  Filipinas
  • China
  •  India

El Carisma Redentor impregna cada una de nuestras obras, y es en la misión que todas realizamos, donde se refleja la acción de Dios para nuestros hermanos y hermanas más desprotegidos. Cada Comunidad MPS, independientemente del número de hermanas, que muchas veces es muy reducido, aporta lo suyo para hacer presente a Cristo Redentor y dejar la huella misionera propia de nuestro Carisma. Esto lo realizamos por acción constante del Espíritu de Dios y la intercesión de la Madre del Redentor, María del Perpetuo Socorro.

Hoy la Congregación jurídicamente se encuentra dividida en Regiones y los proyectos en cada una de ellas nos han permitido conocer sus realidades y necesidades para hacer vida lo que nuestros Fundadores Padre Agustín Nistal García, C.Ss.R., y la Madre María Teresa Rivera Carrillo, MPS, nos transmitieron desde los inicios del Instituto. Es por ello, que la acción evangelizadora que realizamos, trata de dar respuesta a las necesidades de los lugares donde nos encontramos y  enfrentar los retos,  convencidas de que a nuestro lado caminan siempre Jesús y María, siendo sus ejemplos la fortaleza misionera para nuestra Vida Religiosa.

Todas sabemos que el trabajo que realizamos como mujeres consagradas y Misioneras de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, es para dar a conocer nuestro Carisma y Espiritualidad propios y que nacen de la necesidad de la Abundante Redención que hay en el mundo y, Dios no ha llamado a lugares particulares del mismo, para hacer presente a su Hijo y el Mensaje Redentor que nos trae a todo aquel/aquella que desea vivir la misericordia, el amor, la paz, la justicia… y la felicidad que todos buscamos encontrar en nuestro paso por la vida terrenal.

El Carisma y la Espiritualidad propios de las MPS los vivimos a partir de la Misión Evangelizadora en la Educación, en la Misión Itinerante y Permanente y en la Promoción Humana desde varios contextos (Casas Hogar, Residencias para Estudiantes, Centros Penitenciarios, trabajo con Migrantes…).

En esta oportunidad compartimos lo que nuestra Casa General-Casa Central representa para toda MPS y desde donde somos enviadas a dar la vida por la “Abundante Redención” en Cristo el Señor:

“… es símbolo de encarnación y lugar desde donde se impulsa el dinamismo misionero de cada Hermana que se encuentra en la Misión.

Es de trascendencia reconocer, que nuestra Casa Central refleja un fuerte carácter carismático, en donde los testimonios de nuestras Hermanas Mayores son escuela de Misión. Es un lugar de encuentro, de convivencia, es decir, es la Casa de todas, es Nuestra Casa Madre, en donde somos convocadas para hacer vida el Carisma y la Espiritualidad que recibimos como Patrimonio Congregacional de los Fundadores, en su anhelo de continuar difundiendo el Amor Redentor de Cristo”2.